Creo que nunca ha sido complicado hacerme feliz. Si me conoces un poco, sabrás que en este sentido soy pateticamente sencilla y previsible. No necesito dedicatorias de canciones en la radio, ni aviones que escriban mi nombre en el cielo. No pido milagros, porque nunca he visto ninguno. Las sorpresas cuanto mas pequeñas, mas bonitas me resultan. Me vale todo, hasta el detalle mas insignificante, todos son buenos...Abrazos, Sonrisas, Besos, Notitas escritas en una servilleta, Una visita inesperada, Un regalo personal, Una foto tuya o nuestra, Un mensaje de madrugada... Creo que nada demasiado costoso. Esa es mi forma de querer y, por lo tanto, es la única forma de sentirme querida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario